Sobre el pecado y nuestra relación con Dios

El apóstol Juan ha escrito sobre esto muy bellamente en su primera carta. En primer lugar, deja claro que todas las personas pecan, incluidos los creyentes. Dice en el capítulo 1:10Si decimos que no hemos pecado, hacemos a Dios mentiroso y su palabra no está en nosotros.'

Pero la diferencia entre un cristiano y un incrédulo, es que un cristiano admite y reconoce cuando ha pecado. Y entonces confesamos nuestro pecado y recibimos el perdón (1Jn.2:2). Ahora bien, ¿qué sucede cuando decimos que creemos en Jesús pero no admitimos un pecado? Decimos que no es pecado y que Dios entiende que lo hacemos.

Juan también habla de esto y da un ejemplo en 1Jo.2:9-11,
"Quien dice estar en la luz, pero odia a su hermano o a su hermana, sigue en las tinieblas. 10 El que ama al prójimo permanece en la luz y no cae, 11 pero el que odia al prójimo está en las tinieblas. Va por su camino en las tinieblas, sin saber a dónde lleva ese camino, porque las tinieblas le han cegado."

El ejemplo se refiere a un cristiano que odia a otro. Pero lo mismo ocurre con un cristiano que roba o que comete adulterio o cualquier otro pecado. Juan habla de alguien que dice ser cristiano pero sigue haciendo cosas que son claramente pecaminosas. ¿Qué le pasa a esa persona?

Separación
El pecado trae separación entre Dios y la gente. Esto es cierto no sólo entre los no creyentes, sino también entre los creyentes. Significa que la luz de Dios en mi vida brilla con menos intensidad.
La paz y la tranquilidad del Espíritu Santo menguan. La oración ya no va tan bien. Te vuelves tenso.

En lugar de la luz de Dios, llegan las tinieblas a tu vida. Y sabemos lo que eso significa. Cuando caminamos por el bosque en la oscuridad, es muy difícil encontrar el camino. Tropezamos con las cosas más pequeñas y nos golpeamos la cabeza con las ramas bajas.

En la oscuridad, caminas como un ciego. Ya no puedes ver el camino con claridad. ¿Adónde debo ir? Empiezas a dudar de todo, de la bondad de Dios o incluso de la existencia de Dios.
Y esto se pone cada vez peor y cada vez más oscuro.

Luz de Dios
Hasta que te das cuenta de que estás haciendo mal y empiezas a confesar tu pecado. Entonces el odio se convierte en amor. Entonces las mentiras se convierten de nuevo en verdad. Entonces la luz de Dios volverá a brillar en tu vida. Entonces volverás a ver con claridad el camino de tu vida. Entonces ya no dudas, sino que sabes lo que Dios te pide. Tu conciencia vuelve a estar tranquila.
Entonces la luz de Dios empieza a brillar de nuevo en ti y esa luz puede calentar a los demás.

Vuelves a ser una bendición para los demás.
Como dice Juan "el que ama permanece en la luz de Dios y no decae".