¿Después de haber fallecido, dónde están los muertos? ¿Y cuál es su situación allí donde están? ¿Viven de un modo consciente, con recuerdos y reconocimiento? En este blog y los cuatro siguientes queremos responder a estas y otras preguntas.
Poco antes de morir uno de los criminales que había sido crucificado con Jesús le pidió: ‘Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino’ (Lc.23:42). A ello Jesús le respondió con claridad: ‘De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso’ (vs.43).
Ese mismo día, el día de su crucifixión, se accedería a la petición del criminal.
La expresión ‘el paraíso’ recuerda a Gn.2:8ss., pero ese jardín terrenal que existió en algún lugar de Mesopotamia ya no es. Entre los judíos se daba la idea de que por la transgresión de Adán el paraíso había sido desplazado a un lugar desconocido, bien fuera del alcance de los humanos. Por lo general se pensaba que estaba en el cielo, a veces incluso en el tercer cielo. En el libro judío de 2 Baruc leemos:
‘Yo (Dios) la mostré (la Jerusalén celestial) a Adán antes de que pecara, pero cuando hubo transgredido el mandamiento fue retirada de él, al igual que el paraíso (…). Y he aquí, ahora es preservada junto a mí al igual que el paraíso’ (2 Baruc 4:3, 6; comp. 4 Esdras 4:7-8).
También Pablo habla de este paraíso y también él lo ubica en el tercer cielo. Así se desprende de su descripción de la experiencia sobrenatural que vivió y de la que habla en 2Co.12:2-4:
‘Conozco a un hombre en Cristo, que (…) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (…) que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar’.
Como lugar de armonía y paz los judíos entendían el paraíso como indicación de un lugar de reposo temporal en el que residen las almas de los justos después de su muerte, esperando la resurrección de los muertos.
Sobre este trasfondo podemos afirmar que al asesino que colgaba a su lado en la cruz Jesús le prometió que inmediatamente después de su muerte entraría en este lugar de reposo paradisíaco. Y podemos afirmar que Pablo, por la gracia de Dios, pudo vislumbrar algo de este mismo lugar de reposo.
Autor : Gijs van den Brink
Traducido por: Marije Coster
Esta es una versión corta de uno de los artículos de la revista BibliaDeEstudio o Studiebijbel Magazine en holandés. En este espacio colocaremos parte de estos artículos con la intensión de que estas líneas lo ayuden en su proceso de aprendizaje y entendimiento de la Biblia.
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