La vida de Jesús comienza con una huida

Parte 1 de 5 del tema Huir y refugiados en el NTpor Gijs van den Brink

El Nuevo Testamento comienza con una historia de huida.
También tiene que ver con una mujer que acaba de dar a luz y necesita que la pongan a salvo porque un gobernante opresor quiere matarla a ella y sobre todo al niño. En ese sentido, el mundo no ha cambiado en 2.000 años.

Un ángel habla a José en sueños: Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo (Mateo 2:13). Cuando los sabios no volvieron a Herodes como les había pedido, esto le habrá impulsado a buscar información. Cuando descubrió que había sido engañado por los magos, se enfureció y decidió matar a todos los niños menores de dos años.

Probablemente, inmediatamente después de la partida de los magos de Oriente, el ángel se apareció a José para decirle que huyera a Egipto. Desde la época de Alejandro Magno (siglo IV a.C.), muchos judíos se habían establecido en Egipto. En particular, vivían en la metrópoli de Alejandría.

Esta huida a Egipto recuerda a Abraham (Gn 12,10), Jacob (Gn 46) y los hijos de Jacob (Gn 42 y 43), que también tuvieron que huir a Egipto. Así, se hace evidente la similitud entre la juventud de Jesús y la juventud del pueblo de Israel. La huida de María y José es otra imagen de un acontecimiento posterior, la huida de la Iglesia en los últimos tiempos (Mateo 24:16, 22; Apocalipsis 12:6, 13-14).

Así pues, esta huida de José y María a Egipto tiene un gran significado y pueden trazarse líneas teológicas importantes. Pero, sobre todo, debemos tener presente la facticidad de este acontecimiento. No debemos dejar que este relato de la huida se evapore en un mensaje teológico.

La dura realidad es que José y María tienen que buscar “asilo” en Egipto con su recién nacido Jesús. Esto implicaba un viaje de al menos 300 a 500 kilómetro, dependiendo de la ubicación en el norte de Egipto. A pie y con un burro o una mula como equipaje, podían recorrer 25 km como máximo, a menudo no más de 15 km al día. Así que el viaje duraba al menos un mes. Y lo hacían en condiciones que ponían en peligro su vida. El clasicista holandés Fik Meijer sostiene que los viajes de placer en el siglo I en el Imperio Romano sólo los hacían los romanos ricos que podían protegerse. Viajar sin protección era peligroso. “Dondequiera que estuviera, un forastero siempre corría el peligro de ser víctima de ladrones y carteristas… robos, extorsiones, atracos callejeros, asesinatos y homicidios eran… lo más común del mundo”. Fuera de las murallas de la ciudad, los viajeros se enfrentaban a riesgos aún mayores”.

¿Fueron ayudados José y María en este viaje? ¿Por amigos o por algún tipo de “agente de viajes”? En Egipto, como refugiados, encontraron cobijo y protección. Al mismo tiempo, Herodes mandó matar a todos los niños menores de dos años de la región de Belén. Jesús y sus padres tuvieron que huir de la persecución política y religiosa. Ambos son también hoy motivos para huir y buscar asilo en otro país. ¿Nos damos cuenta de que incluso el procedimiento de asilo de José y María en Egipto formaba parte del plan redentor de Dios?

Autor: Gijs van den Brink


En este espacio colocaremos parte de estos artículos con la intensión de que estas líneas lo ayuden en su proceso de aprendizaje y entendimiento de la Biblia.


Descarga la aplicación GRATIS en  Google Play Store o Apple App Store

Volver a artículos

Manténgase informado...